Desde el Santuario hasta la Catedral miles de personas han salido a la calle para dar la bienvenida a su Patrona, que baja a la ciudad después de 14 años.
El sábado día 21 de octubre la Virgen del Puerto salía de su Santuario hacia la ciudad de Plasencia, donde estuvo acompañada por miles de fieles que daban la bienvenida tras 14 años esperando su bajada.
La Virgen baja a la ciudad cada 25 años o por motivos especiales, como en esta ocasión en la que se celebra el 300 aniversario de la construcción del Santuario tal y como lo conocemos en la actualidad.
Colegios, cofradías, hermandades, asociaciones juveniles, culturales y religiosas esperaron pacientemente su turno para poder portar a la Patrona y acercarla con su esfuerzo hasta la Santa Iglesia Catedral.
Paradas obligatorias las dos que se hicieron en el Hospital, dando la oportunidad a los enfermos de encomendarse a la Patrona. Después Las Italianas de Garganta la Olla, en el entorno del colegio Santísima Trinidad; el Grupo Chispa frente al Centro Universitario o la tuna en las escalitas de Santa Ana, pusieron el punto folclórico a una tarde noche llena de emociones para los placentinos.
La corporación Municipal recibió a la Virgen en la rotonda Víctimas del Terrorismo
La rotonda Víctimas del Terrorismo fue el lugar elegido para que la corporación recibiera, como símbolo de entrada a la ciudad, a la Virgen.
Allí el Alcalde, Fernando Pizarro, entregó el bastón de mando a La Canchalera; donde corporación y demás autoridades portaron en hombros a la Virgen del Puerto unos 200 metros, después, bajo maza, y en procesión continuaron acompañados por la música de la Banda de la Sagrada Cena y multitud de fieles, algunos que acompañaban a la Virgen desde la salida del Santuario y otros que se unían a su paso.
Momentos para el recuerdo, la entrada en la plaza o el saludo a las Dominicas Desde la entrega del bastón de mando a la Virgen como alcaldesa, el saludo de la Guardia Civil al son del himno de España, hasta la entrada en la Plaza Mayor con una iluminación especial enfocada al paso de la Virgen, a la que se esperaba con el Ave María de Schubert de fondo, fueron muchos los momentos de emoción.
La Plaza Mayor fue el lugar elegido para que el Prior del Santuario, el Alcalde y el Obispo, dirigieran unas palabras a la Virgen y a los fieles allí congregados.
La Curia Diocesana aguardaba en la fachada principal del Ayuntamiento, iluminado con los colores de la bandera de la ciudad, para acompañar a la Virgen desde la Plaza Mayor a la Catedral.
En este recorrido hubo una parada especial en la Iglesia de la Encarnación, donde las hermanas Dominicas esperaban pacientes la llegada en su interior, allí el Grupo de Scout Católicos que portaba el paso, se acercó cuidadosamente a la puerta de la Iglesias para que las Hermanas pudieran ver el rostro de la Virgen, mientras los fieles entonaban la Salve Regina.
Sin paradas ya hasta la Plaza de la Catedral, donde era portada por los miembros de la Cofradía, para entrar en la que será su casa durante los próximos 8 días.
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